Blog de Arinda

OBJETIVO :En este Blog vas a encontrar mis producciones en pintura y escultura. Además, material recopilado a través de mi trabajo como maestra, directora e inspectora, que puede ser de interés para docentes y estudiantes magisteriales .

sábado, 8 de septiembre de 2012

8 DE SETIEMBRE DIA INTERNACIONAL DE LA ALFABETIZACIÓN

LA ALFABETIZACIÓN Y LA PAZ
LEMA 2012


Poster del Día Internacional de la Alfabetización

"La educación otorga sostenibilidad a todos los objetivos de desarrollo y la alfabetización es el fundamento de todo aprendizaje. Proporciona a los individuos las habilidades para entender el mundo y darle forma, para participar en los procesos democráticos y tener una voz y también fortalecer su identidad cultural ."  Irina Bokova, Directora General de la UNESCO

El Día Internacional de la Alfabetización celebrado por la UNESCO cada 8 de septiembre desde el año de 1967, insta a los gobiernos, instituciones educativas y a la sociedad civil a priorizar y luchar contra el analfabetismo, el cual es resultado, en buena medida, de las reestructuraciones económicas de los países que se acompañan de una disminución de gastos por habitante para la educación básica.

El tema del Día Internacional de la Alfabetización de 2012 es “La alfabetización y la paz”. Este tema fue adoptado por el Decenio de las Naciones Unidas de la Alfabetización (DNUA) a fin de demostrar los múltiples usos y valores que la alfabetización aporta a las personas.

La alfabetización contribuye a la paz, ya que facilita la consecución de las libertades individuales y la comprensión del mundo, así como la prevención o resolución de los conflictos. El vínculo entre la alfabetización y la paz se manifiesta en el hecho de que en los países donde la democracia es inestable o en los que padecen conflictos
resulta más difícil crear o mantener un contexto alfabetizado. 

CONCEPTO DE ALFABETIZACIÓN


"Un mundo alfabetizado no es simplemente un mundo donde la población sabe leer y escribir, sino donde la educación es uno de los medios por excelencia que sirve para potenciar las capacidades humanas y ponerlas al servicio del progreso y el bien común"UNESCO


La alfabetización es un derecho humano fundamental y constituye la base del aprendizaje a lo largo de toda la vida. Por su capacidad de transformar la vida de las personas, la alfabetización resulta esencial para el desarrollo humano y social. Tanto para las personas y las familias como para las sociedades, es un instrumento que confiere autonomía con miras a mejorar la salud, el ingreso y la relación con el mundo.

El uso de la alfabetización para intercambiar conocimientos evoluciona constantemente, a medida que progresa la tecnología. Desde la Internet hasta el envío de mensajes de texto por los teléfonos móviles, la disponibilidad cada vez mayor de medios de comunicación propicia el aumento de la participación social y política. Una comunidad alfabetizada es un colectivo dinámico, en el que se intercambian ideas y se suscitan debates. En cambio, el analfabetismo es un obstáculo en la consecución de una calidad de vida superior e incluso puede ser el caldo de cultivo de la exclusión y la violencia.

Durante más de 65 años la UNESCO ha velado por que la alfabetización conserve un carácter prioritario en los programas educativos nacionales e internacionales. Mediante sus programas de alfabetización formales y no formales, la Organización trabaja con miras a hacer realidad la visión de un mundo alfabetizado para todos.

 UNESCO Y LA EDUCACIÓN


1946: La UNESCO crea un Comité de Educación, que centra su labor en la promoción de la “educación fundamental”, que luego se amplió hasta constituir un programa de acción. La idea de educación fundamental introducía un concepto de enseñanza de más amplio espectro, en el que se reconocía que, si bien no todas las personas podían acceder a la instrucción formal, cada uno debería tener el derecho a adquirir conocimientos y competencias, en tanto que condiciones fundamentales para alcanzar una vida mejor. 

1957: La UNESCO publica el informe El analfabetismo en el mundo a mediados del siglo XX, primer intento de presentar datos estadísticos sobre el alcance del analfabetismo en todos los países y territorios del mundo.

1958: La UNESCO publica un número de la revista El Correo de la UNESCO dedicado a la alfabetización, que contiene una selección de textos de autores y expertos célebres de la época, en los que se ponen de manifiesto la escala del problema y los desafíos que el mundo afrontaba ya, hace más de medio siglo.

1965: Por recomendación del Congreso Mundial de Ministros de Educación para la Liquidación del Analfabetismo, se presenta el concepto de analfabetismo funcional. Este concepto considera a la alfabetización como un instrumento del desarrollo que alcanza una función práctica y llega a ser parte integral del proceso de desarrollo y no sólo un fin en sí misma. Este enfoque se incorpora a diversos programas de la UNESCO, en particular al Programa Experimental Mundial de Alfabetización (1967-1973), que se lleva a cabo conjuntamente con el PNUD.

1975: La UNESCO coordina el Simposio Internacional de Alfabetización y aprueba la Declaración de Persépolis. En el documento se proclama que la alfabetización no es sólo el aprendizaje de la lectura, la escritura y el cálculo, sino una contribución a la liberación del hombre y a su plena realización.
 
1990: La Asamblea General de las Naciones Unidas proclama a 1990 Año Internacional de la Alfabetización, sobre la base de una decisión aprobada en diciembre de 1987. Esta proclamación impulsa a la UNESCO a destacar la función decisiva de la alfabetización en la Declaración mundial sobre educación para todos y Marco de acción para satisfacer las necesidades básicas de aprendizaje, aprobados en la Conferencia Mundial de Educación para Todos celebrada en Jomtien (Tailandia) ese mismo año.

2000: La comunidad internacional aprueba el Marco de acción de Dakar en el Foro Mundial sobre la Educación celebrado en Dakar (Senegal) bajo los auspicios de la UNESCO. La Organización dispone de un mandato para actuar como coordinadora principal de los esfuerzos internacionales en la consecución de los objetivos, en los que se reconoce la función esencial de la alfabetización. Los dos objetivos principales son: satisfacer las necesidades básicas de aprendizaje de jóvenes y adultos mediante la estrategia de la alfabetización funcional y reducir en un 50% las tasas de analfabetismo entre los adultos.

2003:  La UNESCO asume la coordinación del Decenio de las Naciones Unidas de la Alfabetización (2003-2012), que prevé la Alfabetización para Todos. Durante el Decenio, la UNESCO toma medidas para aumentar en términos absolutos el número de alfabetizados. La Iniciativa de Alfabetización: Saber para Poder (LIFE) es el mecanismo principal para la consecución de este objetivo.

LA EDUCACIÓN EN EL MUNDO

Distribución de la alfabetización en el mundo (en azul oscuro zonas de más alta alfabetización)

 Distribución del Analfabetismo en el Mundo (Zonas más oscura mayor analfabetismo)

Mientras que las sociedades acceden a la información y a la tecnología avanzada a grandes velocidades, en el mundo existen 870 millones de analfabetos de los cuales 500 millones son mujeres. A ellos se suman los 113 millones de niños y niñas que no tienen acceso a la educación. La situación futura no se proyecta mejor, ya que según estimaciones de la UNESCO, para el año 2010 la población analfabeta representara 830 millones de personas, es decir, una de cada 6 personas no sabrá leer ni escribir. Por ello, las Naciones Unidas nombraron a la década 2003-2012 como el "Decenio de la Alfabetización". (UNESCOa, 2003)
Según la UNESCO, cuando más de 90% de la población adulta de una nación está alfabetizada, se ha alcanzado la alfabetización universal o casi universal y cuando 70% de la población ha sido alfabetizada, se considera que el proceso es irreversible ya que cualquier persona analfabeta sentirá la necesidad de adaptarse al medio en donde predominan las personas alfabetizadas.
En los últimos 50 años se han dedicado grandes esfuerzos a erradicar el analfabetismo, a partir de una acelerada escolarización para la mayoría de las niñas y los niños en el mundo. En 1970, en los países en vías de desarrollo, 62.7% de cada 100 niños y niñas en edad de recibir educación primaria estaban inscritos en la escuela; en 2000, esta proporción se incrementó a 84.8%. Si bien la brecha de género se redujo considerablemente en ese período de 30 años, ésta sigue subsistiendo. En 1970, 68.8% de los niños y 56.2 de la niñas asistían a la escuela mientras que en el 2000 estas proporciones se incrementaron a 87.9% y 81.5%, respectivamente. (UNESCOb, 2002)
Generalmente, los analfabetos son los más pobres entre los pobres; el hecho de no saber leer ni escribir acrecienta entonces las inequidades sociales y además las de género, ya que más de la mitad de los que no saben lee y escribir son mujeres. (UNESCOa, 2003)

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EL ANALFABETISMO EN URUGUAY

 Alfabetización informática

Si bien Uruguay tiene una tasa de alfabetización a la altura de los países desarollados -aproximadamente 97,6%-   existe una masa a considerar de individuos analfabetos.
La Encuesta Nacional de Hogares Ampliada (ENHA) realizada en el año 2006 aporta los siguientes datos.

 El analfabetismo en el año 2006: algunas características diferenciales de la población analfabeta de 15 años y más

Analfabetismo en la población de 15 años y más
 
La encuesta del 2006 investiga el analfabetismo. Dentro de la tradición de la UNESCO, el analfabetismo se define como la situación de una persona que no posee las habilidades para leer y/o escribir, con comprensión, una frase simple y corta referida a la vida cotidiana.
Sin embargo, atendiendo al hecho que las demandas para participar plenamente en la vida cotidiana están sujetas a cambios permanentes, entre los especialistas del tema hay un consenso creciente en cuanto a que el umbral de las habilidades mínimas de lectura y escritura necesarias para ser considerado alfabeto debería reflejar los requerimientos para funcionar adecuadamente en la sociedad de su época.
La Encuesta Nacional de Hogares Ampliada (ENHA) no evalúa directamente dichas habilidades. Lo hace indirectamente a través de una pregunta, que se formula al jefe o a una persona adulta del hogar, sobre la capacidad de leer y escribir de cada uno de sus miembros.
Las respuestas a esta pregunta revelan que, en el año 2006, aproximadamente 50.000 personas de 15 años y más no sabían leer y escribir en el país, cifra que representa un 2.4% de la población uruguaya de esa edad.
Los analfabetos son más viejos que los que no lo son. En efecto, el promedio de edad de los primeros es de 56.6 años, mientras que la cifra correspondiente a los alfabetos es de 48 años. Esta relación negativa entre edad y alfabetismo es una regularidad que se corrobora a nivel  internacional. Como en otros países, posiblemente en Uruguay esa regularidad también refleje los importantes avances que se registraron en las últimas décadas tanto en la oferta de servicios educativos como en la urbanización del país. Es sabido que el acceso a las escuelas es más fácil - y la permanencia en ellas más larga - en la ciudad que en el campo, donde las actividades que predominan han sido tradicionalmente menos
demandantes de las habilidades de lectura y escritura que la media de las actividades típicamente urbanas.
Otro aspecto a destacar es que la mayoría de los analfabetos (53.1%) son hombres pese a que éstos sólo constituyen el 46.3% de la población uruguaya de 15 años y más.
Nuevamente, el carácter predominantemente masculino de la población económicamente activa en las áreas rurales ayuda a entender parte de estas diferencias por género. Otra parte puede interpretarse en términos de dos fuertes tendencias que Uruguay comparte con la gran mayoría de los países de América del Norte y Europa Occidental y algunos países de América Latina: las mayores expectativas de años de educación de las mujeres y su mejor desempeño en términos de repetición1.
La distribución de los analfabetos en el territorio nacional es congruente con los supuestos implícitos en las interpretaciones antes mencionadas. Mientras que solo un 1.7 % de los residentes en Montevideo no sabe leer ni escribir, esa proporción aumenta a un 3% en las ciudades del interior del país con más de 5.000 habitantes, a un 4% en las que tienen menos que esa población y a un 3.6 en las zonas rurales.

b. Discapacidades y analfabetismo
El tener o no algún tipo de discapacidad es el determinante más importante de la probabilidad de ser analfabeto. En efecto, el 42.9% de los analfabetos de 15 años y más tiene alguna discapacidad, mientras que sólo el 12.6% de la población de la misma edad que sabe leer y escribir presenta esa desventaja. Esto hace que, si sólo se tomara en cuenta la población que no presenta ninguna discapacidad, el porcentaje nacional de analfabetos en ese grupo etáreo se reduciría del 2.4% al 1.6%.
Dada la fuerte asociación entre la existencia de impedimentos físicos o mentales y el manejo de habilidades de lectura o escritura, es conveniente examinar cómo se ordenan los distintos tipos de discapacidades en cuanto al analfabetismo. Los datos se presentan en el cuadro 1. En la  interpretación de estos datos, el lector deberá tomar al menos tres recaudos.
Primero, las preguntas sobre discapacidades no son excluyentes, por lo que una misma persona puede presentar más de una discapacidad. De modo que el hecho que casi 1 de cada 10 personas que tienen limitaciones permanentes para utilizar brazos y manos no sepa leer y escribir puede ser un resultado de la asociación que existe entre esa discapacidad y otras discapacidades más directamente relacionadas con la adquisición de esas habilidades.
Segundo, las preguntas investigan la discapacidad en el momento de la encuesta, por lo que se desconoce si ésta estaba presente en las etapas del ciclo de vida en las que usualmente las personas aprenden las primeras letras. Este desconocimiento hace difícil establecer una
relación causal entre la discapacidad y el analfabetismo.
En tercer lugar, debe tenerse en cuenta que los datos sobre discapacidad fueron levantados solo para el tercer trimestre del año 2006. Siendo las personas que presentan alguna discapacidad una proporción relativamente baja de la población total del grupo de edad considerado (14%), la desagregación de los datos puede generar casilleros con frecuencias lo suficientemente pequeñas como para afectar la interpretación de los hallazgos.
Con estas notas de cautela, volvamos al cuadro 1. Allí observamos que algunas discapacidades permanentes parecen poner fuertes impedimentos al aprendizaje de la lectura y escritura, en particular aquellas que limitan el habla o las posibilidades de interacción.  

En el cuadro 2 se observa, sin embargo, que la gran mayoría (91.8%) de los que presentan alguna discapacidad no ha tenido problemas en la adquisición de esas habilidades. Como mencionamos anteriormente, el desconocimiento del momento de la historia de vida de las personas donde se produjo la discapacidad, no nos permite aclarar porqué motivo dos personas que presentan el mismo tipo de discapacidades muestran logros distintos en la adquisición de estas habilidades. La encuesta del INE podría mejorar su aporte al diseño de las acciones dirigidas a mejorar los recursos humanos de los discapacitados relevando información que permita ubicar la edad en la que se contrajo la discapacidad.

c. Asistencia a establecimientos educativos y analfabetismo2
Es sabido que algunas personas logran adquirir las habilidades básicas de lectura y escritura sin haber pasado por la escuela. También se sabe de personas que, habiendo pasado algunos años por la escuela, no alcanzan a consolidar los conocimientos adquiridos y pierden con el
tiempo la habilidad de leer y escribir. Ambos casos quedan reflejados en el cuadro 3. Un tercio de los que no han recibido ninguna educación formal saben leer y escribir, mientras que aproximadamente una de cada diez personas que asistieron de uno a tres años a la escuela son analfabetos. O sea que, por un lado, esas habilidades pueden aprenderse fuera de la escuela y por otro, las habilidades aprendidas en la escuela pueden desvanecerse
después de abandonarla.


El cuadro 3 permite una segunda constatación. A medida que avanza la edad se reduce la proporción de personas que, no habiendo recibido educación alguna, o habiendo cursado sólo unos pocos años, son analfabetas. Esta regularidad parece contradictoria con la noción de analfabetismo funcional, que sostiene que aquellos con bajos niveles educativos corren el riesgo de perder los conocimientos básicos de lectura y escritura cuando no están
expuestos regularmente a situaciones que estimulen el uso de esas habilidades. De acuerdo a esa noción lo mejor que podríamos esperar para aquellos que han cursado pocos años de educación es que mantengan las habilidades adquiridas. Pero los datos del cuadro 3 parecen indicar otra cosa. Porque entre los que han asistido de uno a tres años a la escuela, en vez de un aumento en la proporción de analfabetos se observa una tendencia regular a su disminución con la edad.
Estas regularidades plantean un desafío a su interpretación. En principio se pueden aventurar tres posibles explicaciones, todas plausibles. La primera asume que la calidad de la enseñanza en los primeros años de primaria se ha ido deteriorando con el tiempo. Esto es, que al menos a ese nivel, las escuelas eran mejores antes que ahora.
Los datos del cuadro 4 parecen apoyar esa afirmación. En él se observa que la reducción de la proporción de analfabetos en grupos de edad sucesivos se presenta en un contexto en el que las nuevas generaciones muestran, consistentemente, promedios más altos de escolaridad que los analfabetos de tramos etáreos más avanzados. Esta constatación apoyaría la hipótesis que la diferencia en el porcentaje de analfabetos en los distintos grupos de edad podría ser una resultante de la mejor calidad de la educación recibida por las generaciones más viejas, las que a través de ellas habrían incorporado habilidades de lectura y escritura más sólidas que aquellas que reciben las nuevas generaciones con los mismos años de estudio. Desde esta perspectiva, entonces, el factor importante sería la “calidad de la enseñanza recibida”.

 Una segunda posible explicación descansa en el reconocimiento que muchas personas se las ingenian para adquirir esos conocimientos cuando la vida cotidiana les va demostrando su utilidad para mantener o mejorar sus condiciones de vida en un mundo cada vez más complejo. Llamaremos a este factor “adaptabilidad al medio”.
En tercer lugar, es posible argüir que parte de la regularidad podría ser explicada por el hecho que, ya sea por carencias en las condiciones de vida o por la presencia de discapacidades, los analfabetos se mueren antes que los alfabetos, argumento que encuentra algún apoyo en el alto porcentaje de discapacitados y pobres entre los analfabetos. A este factor lo denominamos “mortalidad diferencial”.
Los datos del mismo cuadro 3 aportan alguna evidencia que ayuda a evaluar la plausibilidad de alguna de estas distintas hipótesis. Por ejemplo, sin descartar la posible incidencia del factor “calidad de la enseñanza”, el hecho que la proporción de analfabetos disminuye tanto para los que no han recibido ninguna educación formal como para los que han asistido unos pocos años a la escuela apoya más bien la hipótesis de “adaptabilidad al
medio”. En cuanto a la incidencia que pueda tener en esa disminución el factor de “mortalidad diferencial” entre alfabetos y analfabetos no tenemos información para evaluar su peso relativo, aunque nuestra impresión es que, de existir, dicho factor explicaría una proporción menor de la variancia observada en el porcentaje de analfabetos en distintos grupos de edad.

Finalmente, resta ver como se distribuyen los analfabetos en el territorio nacional. Como resultaba previsible, el porcentaje de analfabetos en Montevideo es menor que en el resto de las regiones, y ello ocurre en todos los grupos de edades y particularmente entre las personas de mayor edad. Si aceptamos que la adaptación al medio ambiente de las grandes ciudades requiere de las personas más conocimientos que en las pequeñas o en las áreas rurales, también cabría esperar que las personas con escasa o nula educación se vean más estimuladas en las grandes ciudades a desarrollar habilidades de lectura y escritura. Al comparar como se reduce el analfabetismo con la edad en Montevideo vis a vis el resto de las regiones, encontramos que algo de esto sucede, pero de manera ligera y con escasa significación.

1 Cabe señalar que fuera de las tres regiones mencionadas, todavía se observan países con importantes proporciones de niñas y adolescentes obligadas a dejar los estudios para dedicarse a cuidar a los hermanos, a las tareas domésticas o a esperar un matrimonio convenido (Ver Education for All: Global Monitoring Report 2006. UNESCO).

2 La importancia de las discapacidades en la probabilidad de adquisición de las habilidades de lectura y escritura hace aconsejable separar los dos universos (personas con y sin discapacidades) para el análisis de este acápite. Dicha separación se puede hacer sólo utilizando los datos del tercer trimestre del 2006. Los autores encontraron que el tamaño de la muestra trimestral planteaba problemas de confiabilidad de los resultados derivados de las bajas frecuencias en algunos casilleros, especialmente en aquellos casilleros que incluían a las personas sin discapacidades más jóvenes dentro de la población analizada (15 a 24 y 25 a 34 años) que nunca habían asistido a establecimientos educativos. Bajo estas circunstancias, se decidió trabajar con la muestra de todo el año, asumiendo que los sesgos que introducía la presencia no observada de las discapacidades no afectarían mayormente los resultados.
 
Informe Temático
Encuesta Nacional de Hogares Ampliada
Situación de la Educación en Uruguay
Ruben Katzman / Federico Rodriguez
 (pàg 3 a pág 8)

FUENTES
http://www.unesco.org
http://es.wikipedia.org
http://www.ine.gub.uy/
www.uruguayeduca.edu.u

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